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viernes, 6 de junio de 2008

hablemos de amor...

No, mejor hablemos de el fin de la locura, que todavía no termino(ó); mejor no. Hablemos de cualquier cosa que nos haga más ligera la carga de charlar. Sí, es buena idea esa de hablar de cualquier cosa. De qué hablamos entonces? Del calor estaría bien. Ok.

El calor.

No me quejo, pero: ahh, cómo hace calor. Se va a acabar el mundo de tantos ladrillos que están construyendo -Ruly dixit-.

Hace unos días, decía que: el calor es mi más estable estado de ánimo. Actualmente, el tener siempre la temperatura alta es lo que me ayuda a soportar el infierno que se vive. Tan capacitada estoy para sobrevivir a las altas temperaturas que cuando realmente siento el calor es porque estamos a más de 45º y, ¿Qué otra cosa se puede esperar de una mujer de desierto?

Mejor cambiemos de tema, sucede que cuando hablo así siempre escapan murmullos escurridizos. Quería hablar de amor, pero las palabras huyen y no quieren ser atrapadas por mi red caza sentimientos rebeldes. ¿Qué podemos hacer? Sacarlas a la malagueña, forzarlas a hablar. Vamos a ver que dicen.

No quiero saber que es lo que siento, ni siquiera quiero sentir. Por hoy me abstengo a recordar a ese hombre. No me quiero sentir vacía de su amor, pues el tiempo, la distancia lastimera y la indiferencia se están convirtiendo en olvido. No quiero olvidarle sobre todo no quiero que me olvide, aunque se mantenga lejos y ausente, quiero sentirlo cercano, presente, jugar a que lo veo y nos mordemos los labios, aullarnos con la mirada, volvernos eternos.

Sólo pude capturar las anteriores, no tuve la mezquindad necesaria para retener a la fuerza a el resto, mejor las dejé irse y ser libres de no expresarse y por esta vez dejarlas fluir en el silencio que se escurre en llanto en un rincón de la habitación, aunque suene muy cliché.

Mejor lo dejamos para después, ya ves... a veces soy demasiado obstinada y me empeño en hablar de cosas difíciles, unas me sale bien y otras, como hoy, es mejor abstenerse. Yo sólo quería hacer la platica más ligera, poder hablar de cualquier cosa, no ser tan dramática, en fin... ni hablar mujer, traes puñal.

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